top of page

Chile emergente; desde Guatemala

Algo tiene la música que hace que el mundo parezca más pequeño. Y yo, desde hace un tiempo, vengo sintiendo y escuchando a Chile más cerca que nunca. Por una casualidad, iTunes me llevó a conocer un interesante dueto chileno (Somos Manhattan)hace ya unos tres años y me ha resultado muy familiar toparme una y otra vez con ritmos y voces tan frescas que nacen de allá. Sí, desde Guatemala, a 5,500 kilómetros de distancia, los escuchamos fuerte y claro. Con ese placer y experiencia de plenitud que siento al compartir la música, como si estuviera abriendo las puertas de mi casa o dándoles un pedazo de mí, quiero empezar con Arranquemos del Invierno. Este proyecto solista de Pablo Álvarez, vocalista y guitarrista de Niño Cohete, que ha contado con la participación de otros artistas como Fernando Milagros, ha resultado no solo interesante sino un refugio de paz en medio de tanto ruido. Con una composición minimalista y elegante, que combina cuerdas y percusión con una armoniosa y delicada voz, inevitablemente me transporta a campos y mares abiertos. Las letras son también un elemento que no pasa desapercibido. Sin complicaciones literarias ni abuso alguno de recursos estilísticos, presenta maravillosas metáforas románticas y propositivas que despiertan las ganas de sentir y escuchar más. Este proyecto es tan maravilloso que incluso se expresa en la calidad de producción fotográfica de sus videos, con los que no podés evitar querer ir a cada lugar que te muestran. Muy por la misma línea, conocí hace cerca de un mes a Boraj, con sus aún discretos 2,500 seguidores en Facebook y sonidos naturales. Ellos se describen a sí mismos como más que música, que de hecho lo son y te lo hacen saber desde el primer momento que los escuchas. La banda que mezcla folk, post-rock y electrónica. Estos siete personajes que se presentan generalmente enmascarados, con vestimentas ligeras y sencillas y en espacios naturales, logran perfectamente bien su objetivo de hacerte viajar con su música. Algo particular de Boraj y su magia es la sutileza y delicia con la que van transformando los ritmos conforme se va desarrollando cada canción. Podés sentirte sorprendido y cautivado de principio a fin. Para terminar (por el momento), me cambio a algo un poco más pop. Descubrí hace casi un año a Marineros, dueto integrado por Constanza Espina y Soledad Puentes. Con sonidos claros, frescos y pegajosos, junto con letras exquisitamente sencillas de amor y desamor, estas dos grandes artistas llegaron para quedarse. Algo que me pareció un elemento fundamental que las caracteriza es la armonía acústica y fluidez del ritmo en contraposición a las letras que pueden ser incluso tristes. Las voces suaves y tan sintonizadas, los ritmos estructurados y sumamente detallados, me han llevado a enamorarme de este, como ellas llaman, “pop de amor y existencialismo”. Ser transportada hacia nuevos lugares, sentir cómo los ritmos me conectan con algo más natural y deleitarme con las mezclas geniales de estilo y composición, son sólo algunos de los efectos naturales de toparme con estos tres grandes. Los hay más, eso es seguro, y la cosa está sólo que empieza. Así que ¡venga Chile!, que nos han dejado con ganas de más.

bottom of page